Amanda Jaled Davenport Standvs. Hannibal Lecter Setan

Un viento caluroso y cargado de humedad atravesó el lugar, sofocando a los seres que estaban allí en el momento. Solo bastó un segundo y de entre las gruesas y grandes hojas verdes apareció una mujer de metro setenta y tres, largo pelo castaño (el cual, por cierto, lleva atado en una cola de caballo) y verdosos ojos brillantes que miraba a su alrededor con exaltación como un niño ve a su mascota nueva. El calor y la humedad no le importaba en lo absoluto, los insectos los odiaba pero por una extraña (que para ella no lo era) razón no se le acercaban. La mujer vestida de griega siguió caminando con tranquilidad, esperando que apareciera su acompañante, el cual en breve sería contrincante.

El híbrido hizo su aparición, elegante, silencioso como siempre. Llegó desde las sombras y esquivó las ramas que se interponían en su camino con gracia y la agilidad digna de un felino, aunque su carácter parecía más el de un tiburón. Se aproximó hacia su contrincante con desesperante calma.
-Buenos días-Saludó con educación-Lamento haberla hecho esperar, señorita.

La dama Antigua sintió en el ambiente aquella fluctuación de energía que solo pocos podían sentir, era como un don aparte que Amy había desarrollado hace mucho tiempo. Quedó quieta en el lugar mirando en aquella dirección en la cual en poco tiempo el alto hombre apareció y saludó amablemente.
- No se culpe buen hombre, después de todo estuve dando un paseo- excusó con tranquilidad clavando sus intensos ojos verdes en los de su oponente.- ¿Y bien?- pregunto, invitando al hombre a empezar la batalla.

El hombre asintió, no perdería más del valioso tiempo. Conjuró en voz baja y de pronto una energía negra empezó a emanar de su cuerpo. La energía se materializó en muy poco tiempo hasta que fue muy densa, hasta tomar la forma de un lobo y una copia de Hannibal en negro respectivamente.
-Vayan-Les ordenó, y ambos clones se perdieron en la selva.
El real, entonces, conjuró nuevamente y sus clásicas garras de energía negra aparecieron, y el oscuro color le cubrió hasta los codos. Esperó.

En su lugar quedó mirando con tranquilidad como el hombre empezaba su primer ataque, o por lo menos se preparaba ya que no atacó. Amy sonrió de lado y aun con la vista clavada en el hombre pronunció por lo bajo palabras que a oídos de cualquiera eran raras. Entonces a su lado derecho una volátil figura de humo se conformó, negra y espesa, lo único que se podía distinguir eran aquellos ojos rojos-anaranjados como el color del fuego. La criatura profirió un ruido parecido al de la riza de una hiena.
-Perchadé- susurró la mujer de cabello castaño y la extraña criatura se abalanzó contra Hannibal.

El híbrido hizo únicamente un ademán con la mano, y, entonces, el lobo negro de energía se abalanzó contra la criatura. Hannibal movía los dedos como si controlara al lobo, que había tomado por el cuello al otro y lo sacudió con ferocidad.

-Dürache- susurro la castaña y aquel lobo de energía cerró sus fauces debido a que la bestia de ojos dorados se hizo intangible, de un espeso humo negro sofocante.- Hëide- otra orden y aquella bestia desenvainó unas largas, gruesas y afiladas garras curvadas hacia dentro. La invocación pasó por entre el lobo de materia negra y directamente se abalanzó contra Hannibal.