Sin título. [Juliet / Jashin-Sama]

Tardó unos segundos en responder, meditando su respuesta. Analizó cada una de sus posibilidades pacientemente y agudizó la vista, mas fue incapaz de decantarse por una. Así, casi inconscientemente, narró en voz alta su viaje por aquella nebulosa que nublaba las ideas que caían distorsionadas en el desorden de su mente.
—No sé quien soy —empezó a distanciarse, retrocediendo unos pasos—. Cuando los rayos de sol queman mi piel y busco refugio en las sombras, soy tempestad. Soy furia, caos y desorden. A veces incluso soy muerte y destrucción. Soy Eris, la Discordia —sus pasos lentos y elegantes danzaban a su alrededor—. Pero cuando el hechizante manto oscuro me sostiene en sus brazos gélidos para esconderme de la luz, ya no queda nada que ocultar. Me pierdo, me desvanezco como el humo —alzó una de sus finas manos en el aire y la miró con aflicción; se inmaterializaba como ya había hecho antes—. Ya no queda ni furia, ni caos ni desorden. Tampoco muerte ni destrucción, y trato de buscar en mí desesperadamente la discordia, porque aún, en algún rincón de mí, conservo la esperanza que se oculta bajo todos los dantescos males que en algún momento llenaron mi alma. ¿Qué esconde Pandora? Rebusco en lo más profundo y unas gotas de veneno se deslizan por mi rostro, mas no nacen del dolor, pues ni tan siquiera queda el más mínimo rastro de él. ¿Qué queda en mí si no el espejismo de una esperanza efímera que muere cuando vuelvo a ser abandonada a la llegada del alba? —Finalmente sus pasos se detuvieron exactamente en el mismo lugar donde iniciaron—. Dadme vos la respuesta que con tanto anhelo busco: ¿quién soy?