REFUGIO NORTE

El viento era fuerte, cortante, gélido. Removía su pelaje negro con violencia, y los pocos copos de nieve que entraban en la cueva se estrellaban contra su rostro al estar parado justo en la entrada. Evans echó las orejas hacia atrás, con la vista clavada en la pared rocosa de refugio, en la cual estaba pintada un manto blanco con un par de arboles desdibujados en el horizonte. Era una copia perfecta del exterior, hecha con trazos vagos y gruesos en algunas zonas.
Lo único que diferenciaba a la imagen real era que habia una mancha oscura en el centro, tirada como un bulto. El chico alzó la pata mojada en pintura roja, manchando un extenso charco de sangre alrededor del bulto.
Suspiró, acabando su obra. No tenía ni idea de qué significaba ni por qué la había hecho. De momento.

La quietud del lugar se vio interrumpida por el sonido de pasos, pasos ligeros. Una loba negra de pequeñas dimensiones se acercaba. El gélido viento revolvía su pelaje. Noto que había otro ser ahí. Apunto las orejas hacia el.

Evans no se movió, demasiado inmerso en descifrar el dibujo creado por él mismo en la pared. Bajó la cabeza con gesto de cansancio, las predicciones siempre le traían dolor de cabeza.
Echó las orejas hacia atrás una vez puesta su atención en la loba. Quizás fuera ella el cadáver del cuadro.
Olisqueó con vaga curiosidad, sin dignarse a mirarla.

El cuerpo de aquel ser parecía moverse entre las paredes, traspasándolas como un fantasma o una sombra lo haría, vagando entre los pasillos de la cueva, escapando de la luz, aunque poca, que emanaba la luna. El sigilo era tal que era imposible oírla, mas si sentirla: aquel dulce perfume delataba la presencia de la Jeylls, tan cautivante, tan suyo. La líder, raramente estaba sola, las órdenes de los ancianos eran claras: un custodio las 24 horas del día... Claro, ella no obedecía. Kyrara penetró con su mirada los ojos de ambos presentes, mostrando por fin su cuerpo. Las zarpas fueron las primeras en dejarse ver a la luz del satélite, más tarde su cabeza y por último parte de su lomo, resguardando el resto en la oscuridad.
Su pelaje desprendía un humo rojizo, similar a un aura aunque palpable. Kyrara agachó las orejas, elevando el mentón.

Aquel que se hacía llamar Fox la dirigió la vista, como simple muestra de respeto, bajando la cabeza ligeramente y apartándose de la pared.
- Kyrara. -Saludó, sin variar su cautivante expresión de calma.

Khaan hizo contacto visual con la Jeylls. En el pasado, habría guardado su distancia, retrocedido tal vez, pero ahora, era diferente. Permaneció de pie, imperturbable. Bajo la cabeza ligeramente, como gesto de saludo.
-Kyrara...-Saludo la Mortis sin apartar su azul mirar de la mencionada.

Kyrara no tardó en reconocerlos, jamás olvidaba ojos similares a los suyos, claro que no solo hablando por su tono.
La azabache se sentó tan suave y delicada como un felino lo haría, "abrazando" sus patas traseras con su cola, en forma de "u". Enterró sus zarpas delanteras, para comenzar el habla-Evans, Khaan-Saludó respectivamente, sin dejar de lado esa postura tan arrogante y altiva, inconsciente en ella a decir verdad.

A diferencia de quien hasta el momento última había hecho presencia, no había nada de sigiloso o cauteloso en el andar de quien estaba por atravesar la entrada de la cueva. Pisadas fuertes, potentes y muy poderosas eran aquellas de la enorme figura lobuna que acababa de hacer su entrada en el refugio. De un pelaje negro azabache, largo y de un cuerpo terriblemente musculoso y aún así ágil....lo que más resaltaba eran los dorados ojos de mirada penetrante. De él emanaba un aura intimidante, cuya presencia era percibida de muchas maneras e invocaba a la sumisión. El enorme lobo poca atención dio a los presentes, todos sus sentidos estaban enfocados en una....la líder de la manada....su pareja.

El azabache volvió su cuerpo, tumbándose en dirección al exterior. Los copos en la cara le molestaban ligeramente, pero hacía demasiados años que no tocaba el clima como solían hacer los Fawkes inconformistas.
- Hay alguna novedad? -preguntó a la líder, dedicando a Eben el mismo interés que a una piedra.

La azabache volteo su vista de la Jeylls al ser que se había hecho presente en ese momento. Era un total desconocido para ella, pero, por su aura, era obvio que debía guardar respeto.
Miro a Evans de reojo al oírlo hablar. A cierta distancia de ellos, Slasher observaba tumbado en una piedra, dos de sus ocho ojos cerrados.

-Exactamente, aquello busco-Contestó al Fawkes, para clavar sus ojos en Eben, dando aquella bienvenida tan esperada sin una sola mueca: su cálida mirada lo decía todo-En unos pocos días llegará un Setan, deberás integrarlo a tu rango, Evans-Añadió para girar sus orejas hacia atrás, en una postura relajada y algo calmada-Su nombre es Thresh, estarás a cargo de su estadía-Finalizó sin quitar sus ojos del Urkanger.

- Bien. -contestó sin más, alzando la vista. Se preguntó si hablaba de aquel oscuro animal de ojos verdes que había dibujado algunos días atrás. Tampoco le importaba, llegado el momento, sabría reconocerlo.

-De hecho si, es él-Le afirmó, claramente leyendo su mente, acto de costumbre por parte de Kyrara-No es un novato, es un Setan y como todo ser de ese clan está al nivel de Luna Azul-Agregó con un suspiro, captando como a lo lejos un aura se abría paso por las montañas, un Junsth tal vez.

Fox giró la cabeza al escuchar sus palabras, poco sorprendido por la adivinación. De hecho estaba acostumbrado; deseaba suerte a aquel que quisiera ocultar algo a la Jeylls.
- Por supuesto. -afirmó. No era de muchas palabras. Más bien de las necesarias.

-Además de esa tarea, cuando llegue Thresh debemos comenzar con la prueba anual de los jóvenes-Recordó aquel "ritual" de la manada en que los cachorros y adolescentes mostraban su potencial ante los ojos de los altos mandos-Espero que el nivel esta vez aumente-Comentó mirando sobre su hombro, la salida de la cueva-Sharp Évone y Shirohi Junsth serán los encargados de la preparación de dicho evento, aunque claro, tu supervisarás, si así lo deseas-El habla de Kyrara se tornaba algo más cálida quizás, cómoda y ¿amigable? Cerró sus fauces entrelazando todos sus dientes a la perfección, esperando la respuesta del Fawkes, sea de aceptación o negación.

- Ah... Es cierto. Creo que podremos esperar buenos resultados. Nuevos guerreros para Kinras y Detanoids futuros... -comentó, observando el tiempo- Bien. Yo me encargo. -aceptó. Realmente había pocas cosas que el chico no pudiera hacer, puesto que carecía de intereses propios.

-Muy bien, perfecto-Susurró la alfa, para así dar por finalizada la charla desde su parte. El silencio se abrió camino en el lugar, aunque no para los catadores de auras: el audaz Shirohi estaba próximo al lugar, su palpitar era cercano para los oídos de Kyrara, sin dudas lo había convocado.

Fox se mantenía distante, observando el exterior. Su garra dibujaba círculos sobre el terreno pedregoso, pareciendo esperar tambien a alguien. Sus cuervos eran mas lentos con el frío, pero aún así le transmitían la Visión conjunta desde todos los lugares de Luna Azul, a cualquier hora.

El ambiente del lugar cambio drásticamente. Una silueta oscura apareció justo al lado de Khaan, tomando la forma de un enorme lobo azabache. Orejas y hocico alargados, así como unas brillantes joyas de sangre a modo de ojos, rasgos tan obvios que quien no los reconociera probablemente era tonto o ciego.
-Saludos, Kyrara.-La voz grave y ligeramente inexpresiva del líder Mortis se escucho. Se encontraba sentado justo al lado de su aprendiz, quien parecía algo sorprendida de verlo ahí, pues ella consideraba que se encontraba vagando por "ve tu a saber donde..."

Fox se disgustó por las crecientes presencias y abandonó su apariencia característica de lobo de Altaria para teñir su cuerpo completo de blanco y sus ojos de azul. Al fin y al cabo, solo con la líder solía presentar su apariencia original. Salió al exterior, camuflándose con el entorno nevado.

-Buenas noches, Amarok-Saludó bastante interesada en él, bajando levemente la cabeza en forma de bienvenida y respeto. Estaba frente a quien quizás fuera su mejor aliado en batalla.

-Mucho tiempo sin vernos...-Comenzó a hablar el azabache.-¿Como va todo?-Pregunto por mera casualidad, pasando a tumbarse en el suelo.

-Podría decir que todo va bastante bien ¿Dónde estuviste estos meses? El Kinra Maiden te extraña-Exclamó cerrando los ojos, le era fácil relacionarse sin usarlos. Un pequeño viento trajo consigo la presencia diminuta de un gato gris: Dolch había llegado casi como acto de costumbre, maullando por lo bajo a los pies de Kyrara, mirando a Amarok con interés.

-Digamos que alejándome de todo...-Suspiro.-Bueno, casi.-Dijo haciendo referencia al hecho de haberse ocupado de entrenar a Khaan durante su tiempo desaparecido.